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28 abril 2019

Shock postraumático

Madre mía, ¿qué has hecho todo este tiempo? Perdí el móvil y todos los números de teléfono. No recuerdo ni tu último SMS. Nunca me llamaste, ni nunca te llamé. Tampoco tenía cómo. Todo estaba cerrado. Lo habían desvalijado todo. Yo qué sé. No quiero ni recordarlo. Madre mía, ¿qué has hecho todo este tiempo? No tengo tiempo para que me cuentes. 

Han pasado 11 años. No quiero saber nada. Te busqué, pero todo el mundo había tenido que huir. Lo sé, no quedaba más remedio. Sé que a Mxxx le pillo también toda la hecatombe. Creo que se fue con su madre a trabajar en un abastecedor de comida itinerante. Cxxx tuvo un par de hijos con Pxxx. Me parece que a uno de ellos lo atropelló uno de esos camiones grandes. Qué horrible. Eso es lo que me dijeron. Yo me quedé aquí. No tuve cómo escapar. ¿Y tú? Madre mía, ¿y tú? 

Deja que te diga. Madre mía, es que me aturullo. 

Deja que te diga. Pensaba que te habías montado en uno de esos barcos. En una de esas naves extrañas supersónicas. Que habías conseguido llegar a otro mundo, digamos. Tenía claro que te habías salvado de la catástrofe. Quería pensar eso. ¿Qué te ha pasado? No me digas. No. Ni te has movido. 


Madre mía. Es que no sé qué decir. Pensaba que vivías, pero también pensaba que habías muerto. No te puedo engañar. Oye, pero di algo. Di algo tú.

[De la boca,
un puñado de hormigas.
Un espejo que se empaña.
En el bolsillo derecho,
tres envases antiguos de huevos Kinder vacíos.
Entre los dedos, unos auriculares rotos.
—Deja que te tape.
—Gracias. 

(…)
—¿Qué te pasa en el ojo?]

22 julio 2018

La ramita de romero

Esa ramita de romero fue su perdición.
Ese trozo verde sin olor y las palabras de esa gitana:

«Hija, se te ve mala cara. Niña, ¿comes bien?» [Tengo prisa] 
«Chiquilla, esos ojos dicen mucho. Chiquilla, ¿estás bien?» [Lo siento] 
«No les hagas caso. No los escuches, no tienen razón» [Muchas gracias, no tengo tiempo]
«Descansa. Necesitas horas de sueño bueno» [Déjeme] 
«Niña, yo no había sentido esto nunca y lo digo del corazón» [Déjeme] 
«Pero, muchacha, hay algo que noto» [Gracias. Adiós]

«Aléjate de ese ser. Tú ya sabes de lo que te estoy hablando. No le pongamos nombre si tú no quieres, niña. Tú y yo sabemos de lo que hablamos. [Sí]. Corta todo el contacto. Ha muerto» 

«No te preocupes por el dinero. Ahí no está el problema, hija. No te centres en eso. No te va a ir mal. Solo un poco. [Solo un poco]. A ver, déjame. A ver, deja de sufrir por el trabajo. Se te ve lista. Yo esas cosas las sé, querida... Que me dedico a esto»

«Ay. Qué sonido más feo oigo. No me gusta nada. No tienes buena cara, niña. No me gustan los médicos, pero creo que necesitas una ambulancia. Chiquilla, ¿te late el corazón? Nena, huele un poco de este romerito»

30 junio 2018

Brotes por omisión

Es un maldito ramo de flores que no tiene agua y sigue creciendo. No sé si sus pétalos se caen. No sé cuándo lo tiraré a la basura, porque lo tengo aquí estorbando. Es sábado. Me he despertado a las 6.55. Bien temprano, incluso mucho antes de cuando no me despierto. He abierto los ojos y he visto que no se ha caído ninguna hoja y ya esperaba que el ramo estuviera descompuesto. Ahí estaba. He puesto una lavadora. He desayunado antes de la hora a la que no desayuno. Me he quejado del ruido de la lavadora. Lo normal. Bien. Ha llovido un poco y nadie se ha dado cuenta. El ramo sigue. Ha llovido otro poco. Varios pétalos en el suelo. La ropa todavía no está seca, aunque la tiendo dentro de mi casa porque no tengo cuerdas. Actualización: el maldito ramo no se descuajeringa, tiene más flores.

13 mayo 2018

Crujir

Yo qué sé qué me inyectaron. Envolvieron mi cuerpo con un material parecido al papel celofán. Estaba frío pero pronto empecé a sudar. Hacía ruido. Tanto que si me movía un poco, eso crujía y no podía dormir. Me concentré en no moverme nada: quieta, tensando el envoltorio. 

Una carretilla vertical me mantenía delante de una pantalla que emitía un videoclip. El mismo todo el rato. Ese en el que sale una chica muy delgada delante de una pared azul que se va desvaneciendo. Todos esos tipos de planos decían que me encontrarías. Todo el maldito rato. Ese era el estribillo. 

La chica le pegaba patadas a la pared, hacía como que tocaba la guitarra y movía el pelo. Nadie más aparecía. Yo qué sé que querían de mí, solo sé que la vi una vez en un concierto, más no sabía. Estaba todo oscuro y me molestaba la luz y el brillo de la pantalla. Necesitaba decirte que vinieras, pero si abría la boca, el papel celofán iba a vibrar y ese ruido me podía matar.

05 abril 2018

Centrifugado

Metí mi cuerpo entero en la lavadora para limpiar una mancha de unas gotas de aceite que me habían caído en la camiseta. Llevaba pañuelos de papel en los bolsillos y se desgranaron por todo el tambor. Perdí un calcetín. Al salir, me di cuenta de que no había usado suavizante y mi pelo estaba sin brillo. Volví a entrar en la lavadora y aproveché para limpiar las sábanas. Con ellas conseguí no pasar frío mientras dormía y me centrifugaba. Aproveché porque el programa era largo. Por la mañana, la puertecilla estaba abierta y yo no la había abierto. La mancha no había saltado y los calcetines que llevaba eran diferentes.

04 abril 2018

Lo prioritario

Yo ya elegí mis cosas favoritas hace tiempo. Con unos doce años decidí que mi serie sería 'Rex, un policía diferente'. El personaje famoso que más me gustaría para siempre sería Fernando Alonso, porque él decía que "la suerte se distribuye a lo largo de todo el campeonato" y porque yo admiraba su actitud positiva. Eso ya con menos de catorce. En el año 2000 se estrenó 'Náufrago', la que es mi película favorita. A los 17 también tuve claro que mi grupo de música preferido sería Astrud y fui a dos conciertos suyos. Mis colores serían el verde, el violeta y el azul. Mis comidas: los macarrones con tomate, de mi madre, y el asado de pollo, de mi padre.
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—Muy bien. No me venga con historias. Todos igual... Hay mucha gente esperando. Es preciso que indique con una equis lo que sí que posee. Bueno, no es muy difícil, léalo usted. Rápido, que no hay mucho que pensar. Todos tenemos prisa.
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—A ver... Aquí seguro que faltan cosas. Le estoy viendo las gafas. Es muy sencillo. Valore.
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No me gustan las series. No veo ya casi la Formula 1. 'Náufrago' permanece estable. Ojalá vuelva Astrud... Los colores dan igual. No sé cocinar, pero ahora también me encanta la fideuá, de mi madre, y el salmorejo, de quien sea, menos el mío.
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